En los últimos meses, ha crecido de forma significativa el número de estadounidenses que están eligiendo solicitar los beneficios del Seguro Social antes de la edad de jubilación completa. Los datos más recientes muestran un aumento del 13 % en las solicitudes anticipadas — algo que llama la atención no solo por el número en sí, sino por el motivo detrás de esta decisión.
¿La razón más común? Ansiedad. Incertidumbre. Miedo a lo que pueda pasar. ¿Y quién puede juzgar?
Con los acalorados debates sobre el futuro del Seguro Social, posibles reformas estructurales, recortes presupuestarios y retrasos en la atención, muchas personas tienen la sensación de que, si no actúan ahora, tal vez se queden sin nada más adelante.
Un ejemplo de ello es Marty McGowan, exsubdirector del departamento de tecnología de la información de la Universidad de Wake Forest, quien solicitó la Seguridad Social un día después de cumplir 67 años. Y no fue el único: más de 276.000 jubilados reclamaron beneficios basados en sus ingresos en lo que va del año fiscal hasta abril, según el Urban Institute, un aumento del 13 % en comparación con el mismo período del año anterior. Las autoridades de la Administración del Seguro Social (SSA) calificaron el aumento como “dramático” y, aunque había otros motivos para el incremento, especialistas del programa afirman que la ansiedad parece haber desempeñado un papel significativo.
Lo que hasta hace poco era una elección estratégica y basada en proyecciones a largo plazo, hoy se ha convertido en una decisión de protección. Este cambio de comportamiento no es solo económico, sino también emocional. Involucra salud, seguridad, dignidad y, sobre todo, control.
¿Por qué las personas están anticipando?
La Administración del Seguro Social (SSA) permite que los trabajadores soliciten sus beneficios a partir de los 62 años, aunque el monto total solo está disponible a partir de los 67, para quienes nacieron a partir de 1960. Esperar hasta los 70 años aumenta los pagos en aproximadamente un 8 % por año. En teoría, cuanto más esperas, más recibes.
Pero lamentablemente, el mundo ideal es distinto del mundo real. Con el aumento del costo de vida, alquileres más altos, deudas acumuladas en tarjetas de crédito y un mercado laboral inestable para personas mayores, muchas familias simplemente no pueden esperar.
Para quienes perdieron su empleo a los 60 y pocos años y enfrentan dificultades para reinsertarse en el mercado, anticipar la jubilación puede ser la única salida posible. Otros, incluso estando aún empleados, se sienten más seguros empezando a recibir los beneficios ahora, antes de que posibles reformas afecten el valor o la elegibilidad en el futuro.
Además, los retrasos y problemas operativos dentro de la propia SSA, como líneas telefónicas congestionadas, sobrecarga de solicitudes y falta de personal, refuerzan la sensación de que el sistema está bajo presión y que asegurar lo que es tuyo ahora puede ser una decisión prudente.
El costo de anticipar
Aunque comprensible, anticipar el cobro del Seguro Social trae impactos importantes. Uno de los principales es la reducción permanente en el valor de los beneficios mensuales.
Solicitar a los 62 años, por ejemplo, resulta en una reducción de aproximadamente el 30 % en comparación con el monto que la persona recibiría a los 67. Esto puede parecer poco ahora, pero a lo largo de décadas, la diferencia se vuelve significativa — especialmente si vives hasta los 80, 90 años o más.
Otro punto que pocas personas consideran es que la decisión afecta no solo al trabajador, sino también a los dependientes que eventualmente puedan recibir beneficios basados en ese historial de contribución, como el cónyuge o los hijos.
Pensar en el ahora sin olvidar el después
Tomar esta decisión requiere equilibrio. Sí, el escenario actual trae incertidumbres. Pero la respuesta no debe ser impulsiva. Es fundamental evaluar tu realidad financiera actual y cruzarla con las proyecciones del mañana.
¿Tienes otras fuentes de ingreso? ¿Tus ahorros son suficientes para mantenerte por algunos años más? ¿Tu salud permite que sigas trabajando — aunque sea parcialmente — por más tiempo?
Si la respuesta es sí, quizás esperar siga siendo la mejor estrategia. Si es no, entonces anticipar puede ser una elección válida — siempre y cuando comprendas las consecuencias a largo plazo.
La información es poder
Antes de tomar cualquier decisión, vale la pena consultar a un planificador financiero, hablar con un representante del Seguro Social, hacer simulaciones y entender todas las variables. Existen calculadoras en línea, orientaciones del propio SSA y especialistas que pueden ayudarte a visualizar el impacto de esta decisión a lo largo de los años.
Más que nunca, es hora de tomar decisiones con conciencia, y no con miedo. El Seguro Social es una conquista — fruto de años de trabajo y contribución — y tienes derecho a acceder a él en el momento que tenga más sentido para tu vida.
Pero recuerda: no se trata solo de cuándo puedes solicitar. Se trata de cuándo vale la pena solicitar.